Adultos mayores
Última actualización: 09/08/2017Los beneficios de una dieta rica en pescados con elevado contenido de ácidos grasos omega-3, se extienden hasta una mejor conservación de las funciones cognitivas en la tercera edad. Autor: Lic. Cristina Maceira Expertos en el tema estiman que más de 24 millones de personas en todo el mundo sufren de demencia, y la mayoría de estas personas viven en países de bajos y medianos ingresos. En la última década dentro de la medicina, ha habido un creciente interés en conocer más profundamente la potencial influencia sobre la aparición y/o gravedad de la demencia de ciertos factores dietéticos, particularmente pescado graso o azul y la carnes rojas. En la literatura anglosajona, “oily fish” hace referencia al pescado graso o, en lengua española, pescado azul. Con esta denominación se incluyen aquellos pescados con un contenido graso mayor al 5%, rica en ácidos grasos poliinsaturados y consta, entre otros compuestos, de ácidos grasos omega 3 de cadena larga. Estos ácidos son los que disminuyen los lípidos, incluido el colesterol y por tanto reducen el riesgo de que éste se acumule en las arterias. Asimismo, algunos estudios sugieren que están positivamente relacionados con la función cognitiva en la tercera edad. Por el contrario, existe cierta evidencia que el elevado consumo de carne puede estar relacionado con el deterioro cognitivo. Para determinar ambas controversias, un grupo internacional de investigadores estudió a las personas mayores en 7 países de bajos y medianos ingresos. Se analizaron datos pertenecientes a 14.960 participantes mayores de 65 años de edad, que viven en China, India, Cuba, República Dominicana, Venezuela, México y Perú. Los hábitos alimentarios se evaluaron mediante la práctica de entrevistas culturalmente adaptadas y compatibles para cada población, y la demencia se diagnosticó mediante el uso de criterios validados internacionalmente considerando el entorno cultural y educativo. En todos los países mencionados, con excepción de la India, se observó una relación inversa entre el consumo de pescado y el desarrollo de demencia; lo que podría interpretarse como un factor protector de la dieta rica en pescado. Estos datos extienden los hallazgos previos encontrados en países industrializados en donde el aumento en el consumo de pescado se vio asociado a una menor frecuencia de demencia en la población añosa. Los autores del estudio estiman que lo que une la demencia con los hábitos dietéticos no obedece a una mala situación nutricional de los pacientes dado que los datos indican que el consumo de carne tiende a ser mayor en este grupo etario.
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SubscribirseCentro de seguimiento de pacientes con patologías crónicas prevalentes.
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